Judd Trump reina en el Campeonato del Reino Unido
Edición del martes 3 de diciembre de 2024.
Two.

¿Otra vez? Esa es la pregunta que se hace Judd Trump cuando Barry Hawkins, que camina por detrás durante casi toda la final, pone el 9-8 en el marcador. Lo hace desde el 9-6, en un claro ejemplo de resistencia: yo no me voy a rendir, le dice a Judd. El Halcón, en su cuarta final de un torneo de la Triple Corona, parece más entonado en el momento más importante. Ha aprovechado dos errores claros de Trump para hacer dos breaks de 75 y 82. El público, con un ambiente más cercano al Alexandra Palace de Londres que al Barbican de York, está con él. En exceso, probablemente. Pero está.
¿Otra vez? Eso es lo que vuelve a preguntarse Trump cuando falla otra bola. Ya son veinte minutos sin probar una tronera y Hawkins aprovecha la oportunidad. Mientras, Trump se lamenta en su silla, cruza los brazos e intenta mantener la concentración. Toca esperar. No puede hacer otra cosa. Su cabeza recuerda que en 2014 un claro fallo táctico le hizo perder en ese mismo lugar la final ante Ronnie O’Sullivan. Seis años después, en 2020, esta vez en Milton Keynes, ocurrió lo mismo contra Neil Robertson. Ambas finales acabaron 10-9. Y Hawkins está en la mesa. Él no puede hacer nada.
Barry suma veinte puntos, pero falla una bola roja a tronera central. No termina de creérselo. El reloj dice que Judd lleva 24 minutos sin meter una bola, pero el contador no va más allá. “Paren ese reloj”, que diría Sergio Manuel Gutiérrez, narrador en Eurosport. Así ocurre. Empieza a sumar no sin dificultades, con la bola azul como una fiel aliada, para después hacerlo con la rosa y con la negra. Mira el marcador y ve crecer su ventaja respecto a Hawkins, con cuatro bolas rojas todavía en la mesa. No va a ser fácil, porque en el snooker nada lo es y en la vida menos. Echemos cuentas.
35 puntos arriba. 59 puntos en la mesa.
Manejar la presión en los momentos clave es fundamental. Este es uno de ellos. Un par de combinaciones más y tocará el título, su segundo Campeonato del Reino Unido y su quinto título de la Triple Corona. La antepenúltima roja está dentro. 42 puntos arriba. 43 puntos en la mesa. Combina con azul y suma cinco puntos más. 47 arriba. 43 en mesa. Sin embargo, falla la bola roja decisiva y permite a Hawkins regresar a la mesa. Sólo tiene que sacarle un snooker, una falta, para empatar. Barry decide meter la penúltima roja, pero la rosa y la negra están bloqueadas. Tiene que atacar la azul.
41 puntos abajo. 35 puntos en la mesa. Ahora Hawkins necesita dos snookers.
Barry no se rinde. Fabrica un precioso snooker detrás del dúo que forman las bolas rosa y negra sobre la mesa. Aunque Trump escapa, el joven inglés no lo hace un par de tiros después. Falta. 37 puntos arriba. 35 puntos en la mesa. En un baile infinito, los dos jugadores pelean por objetivos opuestos: Trump quiere acabar ya, meter la última bola roja y respirar; Barry, por otro lado, necesita otra falta para forzar el decider, el último frame, y quizá ganar el título de forma apoteósica. Toma otra decisión: meter la última roja, combinarla con la bola negra y meter la amarilla. Jugamos con la verde.
27 puntos abajo. 25 puntos en la mesa. Necesita un snooker para forzar el 9-9 y soñar.
Mientras, el público observa y disfruta. En el snooker reina el silencio, que sólo se rompe para apreciar un buen tiro con unos aplausos o para gritar, animar, a tu jugador preferido de la noche. ‘Come on, Barry!’ (“¡Vamos, Barry!”), es uno de los gritos de la noche. Pero, aunque repetitivo, no va mucho más allá. En el snooker manda el respeto, aquí no hay espacio para los insultos. Mientras, sobre el paño, Trump y Hawkins, en ese tira y afloja, caminan, piensan y reconocen el esfuerzo de su rival. Lo hacen con el taco o tocando la banda con los nudillos, en una muestra más de cortesía. Snooker.
Hay otra protagonista en la mesa. Es Tatiana Woollaston, la árbitra de la final. Esta es su primera final en torneos de la Triple Corona y está nerviosa. Saluda a su familia, sentada en la grada y cumple con su trabajo. Lo hace siempre, igual que el resto de los árbitros que acompañan al circuito de snooker. Ella empezó a ver el deporte con su padre, en Bulgaria, empezó a arbitrar partidos en el año 2008 y ahora es una referencia para muchos y la mejor para tantos otros. Porque aquí no existen insultos para los árbitros, figuras respetadas y conocidas más allá de la mesa. Son las cosas del snooker.
Barry lo intenta, Judd resiste. El Halcón, sin querer, mete la bola verde, pero rápido se disculpa. 24 puntos abajo. 22 puntos en la mesa. Un mal tiro de Hawkins ofrece una buena oportunidad a Trump para cerrar el partido. Bola larga a la vista, pero falla. Una noche malísima en el juego largo. Poco después, Barry tuerce el gesto: un mal tiro. Cosas del snooker, donde la precisión manda. Sin ella, estás perdido. Trump tiene otra oportunidad, pero esta vez no la desaprovecha. La bola marrón está dentro. Alivio.
El inglés, de 35 años, suspira y aprieta el puño mientras el público aplaude. Ahora sí, ya está, se acabó. Asegura con la azul, se gusta con la rosa y hace disfrutar con la bola negra. Hawkins pierde con una sonrisa, la misma que Trump dirige a cámara. Título histórico, despliegue total, segundo Campeonato del Reino Unido y quinto título de la Triple Corona. Ya suma treinta títulos de ranking en su carrera. Treinta. Hace cinco años, cuando ganó el Campeonato del Mundo, la lista sólo llegaba a once. Un dominio con pasado, presente y futuro. También con mucho trabajo y muy bien acompañado.
Al otro lado de la mesa, Hawkins (45 años), cierra una fantástica semana en la que sólo le ha faltado la guinda. No ha sido posible. Reconoce sin rubor el mérito de su rival mientras recuerda su camino, que empezó en las previas. En York, sin muchos focos y con un cartel menor, ha ganado a O’Sullivan, David Gilbert, Shaun Murphy y Mark Allen, este último en una semifinal para noctámbulos. Seguirá luchando y estará en el Masters. Él se siente bien. “Mantén la fe”, le dice Hazel Irvine, periodista de la BBC.
Judd Trump levanta el trofeo y no pierde la sonrisa. Lógico. Lo ofrece al público y posa acompañado por su familia, esa que le acompaña desde niño y donde su hermano Jack tiene un papel crucial, como acompañante en cada torneo. Cuántas cosas han conseguido juntos, pensarán. Muchísimas. Y más que quedan. Ya en Eurosport, relata que él trata igual cada torneo, y que intenta jugar lo mejor posible sea cual sea. Lo hace con un trabajo diario en la mesa de prácticas. “Todos los días son lunes para mí”, cuenta. ¿Un consejo para ganar? “Deja el móvil y trabaja duro”. Tiene recompensa.

El Diccionario: 147
Una sección semanal para aquellos aficionados no tan iniciados en el mundo del snooker.
En el snooker existe un número mágico. Es el 147. Este se consigue al combinar las quince bolas rojas que forman una mesa de snooker con quince bolas negras. Después, hay que hacer el ejercicio obligatorio: amarilla, verde, marrón, azul, rosa y negra. Conocido también como el máximo (la máxima puntuación que se puede conseguir en una mesa de snooker, salvo que haya una free ball de por medio) es un privilegio.
Desde que Steve Davis hiciera el primero en el año 1982, numerosos jugadores han contribuido a una lista que lidera Ronnie O’Sullivan, con 15 máximos. Zhang Anda ha sido el último en conseguir un break de 147. Aquí el vídeo de una preciosa hazaña. Además, en este enlace puedes consultar los 208 máximos que se han conseguido en el snooker desde el año 1982.
Lectura recomendada
Terry Griffiths, campeón del mundo de snooker en 1979, falleció en la noche del domingo 1 de diciembre. Con su carácter humilde, amable y cercano, el jugador galés será recordado por sus títulos sobre el paño, pero también por todos los consejos compartidos con otros jugadores como Stephen Hendry o Mark Williams. Asimismo, Griffiths trabajó en televisión como comentarista después de triunfar en un deporte donde era complicado ganarse la vida en la década de 1970. En esa época trabajó como minero, conductor de autobús o cartero. Para conocer mejor su historia, dejo una fantástica pieza repleta de recuerdos de Dave Hendon, comentarista de Eurosport. [En inglés].
Programación y horarios del Shoot Out
El snooker no para y esta misma semana arranca el Shoot Out, el antepenúltimo torneo antes de las navidades. Tiene un formato especial, con un solo frame (juego) por partido y límite de tiempo (diez minutos por partido y cronómetro en cada tiro). Asimismo, no hay código de vestimenta y el público tiene libertad para gritar o cantar, algo inconcebible en el resto de torneos. Es, por ello, un torneo único, en el que es imposible pronosticar un ganador. Muchos de los mejores jugadores como O’Sullivan, Trump, Mark Williams, John Higgins o Ding Junhui no van a competir.
El torneo se disputa en Leicester entre el miércoles 4 y el sábado 7 de diciembre. Como es habitual, podrá verse en directo a través de Eurosport y Max. En este enlace puedes consultar la programación y en este otro los resultados de cada partido.
Sorteo del Masters
Como es tradición, en el descanso de la primera sesión de la final tuvo lugar el sorteo del Masters, que se disputará en Londres del 12 al 19 de enero de 2024. Con varias ausencias señaladas, como las de Neil Robertson o Jack Lisowski, dieciséis jugadores lucharán por el título en una sede con un ambiente eléctrico: el Alexandra Palace.
El sábado 11 de enero enviaré una edición especial con la previa del Masters. Mientras se acerca el torneo, aquí están los ocho partidos de la primera ronda:
Ronnie O’Sullivan (1) - John Higgins.
Shaun Murphy (8) - Gary Wilson.
Mark Allen (5) - Si Jiahui.
Mark Selby (4) - Ali Carter.
Judd Trump (3) - Barry Hawkins.
Mark Williams (6) - Ding Junhui.
Luca Brecel (7) - Chris Wakelin.
Kyren Wilson (2) - Zhang Anda.
Además, los resultados del Campeonato del Reino Unido confirmaron los diez jugadores profesionales que disputarán el Riyadh Season Snooker Championship (el conocido como el torneo de la bolita dorada) que se disputará entre el 18 y el 20 de diciembre en Arabia Saudí. Hasta allí viajarán Ronnie O'Sullivan, Kyren Wilson, Judd Trump, Mark Selby, Mark Allen, Mark Williams, Luca Brecel, Shaun Murphy, Ding Junhui y Zhang Anda, junto a dos invitaciones pendientes.
Solidaridad con el Club de Billar Snooker Valencia
Durante este fin de semana, el Club Snooker Free Ball de Zaragoza, el Pool Room (Lugo) y La Centena (Barcelona) han organizado torneos en solidaridad con el Club de Billar Snooker Valencia. Ubicado en Paiporta, una de las localidades más afectadas por la DANA, el club también ha sufrido las consecuencias de las inundaciones: quedó totalmente destruido. Por ello, estos tres clubes y otros del resto de España se han unido para ayudar a la reconstrucción del club valenciano. Asimismo, en las próximas semanas habrá otros torneos en Madrid y Mula (Murcia). En la misma línea, se ha abierto una campaña de recaudación para donar dinero al club. En este enlace puedes encontrar más información.

¡Y esto es todo por hoy! Espero que te haya gustado la segunda edición de la newsletter Blue Ball Snooker. Recuerda que podrás leerla cada martes y que estaré encantado de que me cuentas por qué te gusta el snooker, cuál es tu torneo favorito o cómo disfrutas de los partidos. Puedes hacerlo respondiendo a este correo o enviando uno explicando tu historia aquí: blueballsnookernewsletter@gmail.com.