Y el snooker apareció en nuestras vidas
La edición del martes 7 de enero de 2025 recoge los testimonios de seguidores del snooker en España, para conocer y comprender su afición por este deporte.
Six.

Llegas a casa después de un día más de rutina en el trabajo y te sientas delante del televisor. El mando, a tu disposición, ofrece numerosas rutas para acompañar la noche con una película, una serie o un documental. Hay mucho donde elegir. Acabas, por casualidad, en Eurosport, ese canal con más variedad deportiva que un bufé, y ves que están emitiendo un torneo de snooker. ¿Qué es eso? Los principiantes verán en sus pantallas una mesa verde grande, muy grande, con un número quizá excesivo de bolas rojas junto a seis bolas de color: amarilla, verde, marrón, azul, rosa y negra. Resulta raro ver cómo el árbitro, tan elegantemente vestido como los jugadores, saca las bolas de color de las troneras, incluida la negra, esa con la que en principio termina todo.
Para los veteranos es la categoría profesional del billar, con una dinámica evidente: hay que entronerar una bola roja y, a continuación, una bola de color (una bola que no es roja), que vuelve a la mesa. Cuando ya no quede ninguna bola roja en la mesa, el árbitro dejará de sacar las bolas de color de las troneras. Lo extraño, en este mundo en el que el ruido no para, es la tranquilidad que transmite el público, que disfruta en silencio del juego y sólo rompe en aplausos para reconocer un buen tiro. La precisión, habilidad imprescindible para reinar sobre el paño, varía según la fase del juego y suele ir acompañada por la paciencia, la anticipación o la inteligencia. Son algunas de las características que acompañan al snooker, pero que te hacen enamorarte de él.
El documental ‘SnookerManía’, realizado por Eurosport y emitido en mayo de 2023, analizó el extraño fenómeno del snooker en España. ¿Cómo es posible que un deporte sin ningún jugador profesional español, sin tradición en España o con muy escasos lugares para poder practicarlo, sea tan seguido en Eurosport? La respuesta está, como en todo, en varias razones que explican el comportamiento de una audiencia fiel al snooker. Es, de hecho, el tercer pilar de Eurosport, que trastoca horarios de técnicos y otros deportes. Porque, como aseguran los aficionados veteranos, se sabe cuándo empieza un partido de snooker, pero no cuando termina. Pasa lo mismo al recordar el primer momento en el que esa preciosa mesa verde aparece en nuestras pantallas.
Esta edición especial de la newsletter semanal ‘Blue Ball Snooker’ ha recogido los testimonios de varios aficionados al snooker en España. Comparten su propia historia para transmitir sus ideas, anécdotas y modos de ver el snooker. Toca conocerlos.
Siempre hay una primera vez y en el snooker esa primera vez es especial. Andrés la recuerda así. “Fue en el Abierto de Escocia de 2016, con un partido entre John Higgins y Dominic Dale”, apunta. Desde ese momento vive “enganchado” al juego. Por otro lado, la de Fernando llegó hace unos quince años. “Estaba haciendo zapping en la tele, sin rumbo ninguno, cuando decidí pararme en una retransmisión que me cambió la vida”, relata. “Decidí quedarme a ver qué era aquello y ya no volví a querer salir nunca más”, prosigue. Pablo descubrió el paño verde a raíz de su afición por el ciclismo, mientras que Ana lo hizo en un club de billar, motivo que la llevó a ver el deporte en la televisión. Pero hubo otro momento clave en el crecimiento del snooker en España.
La influencia de la pandemia
Marzo de 2020. Un conocido virus con origen en la ciudad china de Wuhan (China) detiene millones de rutinas alrededor del mundo. El deporte, ajeno muchas veces a los hechos, no tarda en contagiarse y paralizar un sinfín de calendarios. Un freno total que dejó al verano sin Juegos Olímpicos. El snooker también se vio afectado, pero fue uno de los primeros deportes en volver a las pantallas. Fue el 1 de junio de 2020. La sociedad, necesitada de alegrías, tranquilidad y entretenimiento, conectó enseguida y ese paño verde empezó a aparecer con más asiduidad en los salones españoles. Fue por pura casualidad. Quizá, sin la pandemia, muchas personas no conocerían qué es el snooker. El periodista que escribe estos párrafos es un ejemplo de ello. El destino.
Montse cuenta que fue su marido quien la ayudó a enamorarse del snooker. “Mira, mira ese tío, es un máquina”, le decía. Ese tío era Judd Trump, dominador de antaño y rey actual. Montse detalla que iba siguiendo los partidos a ratos, con más o menos interés, hasta que un día vio jugar a Ronnie O’Sullivan. “Recuerdo que fue uno de esos partidos en los que Ronnie decide ponerse a jugar, y me enamoré”. El snooker fue también un oasis para Montse después de recibir un diagnóstico de cáncer. “Entre las quimios, las operaciones o la radioterapia estuve un año entero de baja, pero este deporte me hizo mucha compañía y me ayudaba a olvidarme un rato de la situación”, añade. Ahora, sigue delante de la pantalla en cada torneo, disfrutando al máximo.

A Diandra le ocurrió algo parecido. Durante la pandemia, mientras veía Eurosport, se topó con un partido del Campeonato de Liga en el que jugaba Ronnie. “Nunca le había visto jugar, pero lo había visto en los anuncios de Eurosport y sabía de más que era el mejor”, subraya. Ese día a Ronnie le salió todo, Diandra se quedó con ganas de más y a partir de ahí empezó a ver más snooker. Semanas después arrancó el Campeonato del Mundo. Celebrado habitualmente entre abril y mayo, la pandemia alteró su calendario y en 2020 se desarrolló entre el 31 de julio y el 16 de agosto. “Lo vi de principio a fin”, añade. Fue el sexto título de O’Sullivan, una hazaña que animó a Diandra a sobrellevar el momento más bajo de su vida. “El snooker me ayudó a evadirme un poco de todo”.
También la pandemia cambió la relación de Pablo con el snooker. “Vi el Campeonato del Mundo casi entero, y ahí ya conocí a fondo los jugadores y las reglas”, dice. Por otra parte, la afición de Luis llegó con el cambio de siglo, en el año 2000. “Fue en una mañana después de una noche festiva, en el sofá y con la mantita”, detalla. Y ahora, veinticinco años después, sigue pegado al televisor, después de haber vivido épocas de todo tipo. Mientras, Asun relata que sigue el snooker con pasión desde el año 2018, aunque ya antes de ese año veía partidos por el gusto de su marido. Ambos comparten esta afición, que aporta paciencia, relajación o diversión. Son las cosas del snooker.
Solos, en compañía o en comunidad
“Hay tantos aficionados al snooker como maneras de vivir la vida”. Son las palabras de Sergio Manuel Gutiérrez, narrador de Eurosport, en el documental SnookerManía. Las personas que han prestado su testimonio para este reportaje viven este deporte de maneras distintas. “Normalmente veo los partidos con mi marido”, cuenta Montse. Esa afición crece cuando el snooker coincide con comidas o cenas, momento en el que se suman sus hijos. “En la final del Shoot Out mi hijo se lo pasó de miedo”, refiere. Mientras, Ana suele verlo también con su marido. “A veces me dice de broma que soy un poco cansina y que pongamos otra cosa”, detalla. También suele verlo en el Club Snooker Free Ball de Zaragoza, que del 16 al 19 de enero va a acoger la XIV edición del Campeonato de España de snooker.
Fernando lo ve solo en casa, pero echa de menos las conversaciones telefónicas con su padre después de los partidos. “Era un amante del billar desde los tiempos del mítico carambola”, dice. Mientras, Luis prefiere verlo a solas, comentándolo con algún amigo por WhatsApp. “Me aporta mucha tranquilidad y serenidad”, cuenta. Otra opción es poner Eurosport en la oficina, algo que le ayuda a estar más entretenido. Fue allí, en el trabajo, en la redacción de Superdeporte, donde Pablo rememora que controlaba el mando para poner el snooker. “Solía ser lo único que había entre semana por la tarde y mis compañeros acababan hasta el gorro”, recuerda. Ahora suele verlo solo en casa, aunque su padre le acompaña en algún partido.
Andrés cuenta que antes veía los partidos con su hija, pero la adolescencia es una etapa singular en la que cambian las prioridades. “Aún se sienta conmigo si juega Neil Robertson”, aclara. A Fernando le encanta ver snooker con personas que no hayan visto un partido. “Rara es la cara de aburrimiento, pero muy habitual la curiosidad o el tremendo interés por el desarrollo del juego”, razona. Alaba, asimismo, la figura de Sergio Manuel Gutiérrez, narrador en Eurosport. “Uno de los mejores en España”. Por su parte, Montse también subraya el equipo de comentaristas de la cadena. “Siento que ha sido esencial para enganchar a los telespectadores y crear afición”, señala. Esta cuadrilla la forman Sergio, Martín Pérez, Arturo Pérez Gil y Rubén Fernández.
Son muchas veces las que la mesa verde aparece en las pantallas de Eurosport, pero cada una es distinta. Así lo resume Montse: “Para mí cada partido es un relato, con su protagonista y su antagonista, con la historia que arrastran, con sus buenos y malos días, con sus buenas y malas decisiones”. A Fernando le aporta entretenimiento, cierta paz y capacidad de admiración o emoción. Sin embargo, sus vecinos quizá piensen otra cosa. “Deben pensar que estoy loco cuando grito o aplaudo a las doce de la noche de un lunes sin fútbol en televisión”, bromea. Si algún día llaman al timbre siempre tendrá dos opciones: disculparse y reconocer que volverá a ocurrir o invitarles a pasar para disfrutar juntos de un largo decider táctico. Nada de aburrirse. Esto es snooker.
Y el jugador favorito es…
La mayoría de los testimonios presentes en esta edición de la newsletter nombran a Ronnie O’Sullivan como su jugador favorito. “Verle colocar la blanca es pura magia. El snooker siempre estará en deuda con él”, cuenta Montse. A Fernando le encanta ver jugar al inglés, mejor jugador de la historia, mientras que Diandra disfrutó al máximo del séptimo campeonato del mundo de El Cohete en 2022. Sin embargo, fue en ese momento cuando sintió una sensación extraña. “Fue como un vacío, como si yo como fan ya había vivido todo lo que tenía que disfrutar. Como si no necesitara más”. Un punto de inflexión. Ahora, a la espera del octavo, sigue atenta a los resultados, pero en un segundo plano.
Hay también otras elecciones. Andrés se decide, a pesar de todo, por John Higgins. “Sigue siendo el hombre que me hizo enamorarme del snooker”. Suma a la lista a Neil Robertson, a Stuart Bingham y a Joe Perry. Asun se queda con el australiano y con Mark Selby, mientras que a Pablo le encanta la Clase del 92 y ahora recuerda disfrutar mucho con el título mundial de Luca Brecel en 2023. “Dio espectáculo y era de la Europa continental. Fue lo más parecido a que ganara uno de los nuestros”, razona. En la misma línea, le encantaría ver a un jugador español como profesional. Además, Montse suma a su lista a Judd Trump, Mark Allen, Barry Hawkins o Ding Junhui, a la vez que siente que el futuro del snooker pasa por China y siente esperanza con el juego de Bai Yulu, joven profesional china, algo con lo que Luis comparte su opinión.
Fernando siente debilidad por los más veteranos, con John Higgins y Mark Williams a la cabeza, y añade al inventario a Neil Robertson, Shaun Murphy o Ding Junhui. En relación al futuro, le gustan mucho los jóvenes chinos. “Sobre todo, Wu Yize, Si Jiahui y, especialmente, Zhao Xintong”. Pero, en definitiva, le dan igual los protagonistas. “Puedo ver cualquier partido”, apunta. Pablo coincide con él. “Lo bonito de este juego es que en la misma mesa puedes ver un 147 o un frame de una hora”, reflexiona. El snooker es eso. Los ingredientes siempre son los mismos, pero cada mesa es distinta.
Los valores del snooker
Una de las virtudes más destacadas del snooker es la honestidad. Los jugadores tienen por costumbre reconocer un buen tiro de su rival, pero también reconocen una falta propia que el árbitro no ha visto. Hacerlo significa perder el turno y volver a su silla, lo que supone, quizá, no coger más el taco en un frame o en un partido. Así le ocurrió a Shaun Murphy en el Campeonato del Reino Unido de 2022. En el partido de cuartos de final ante Jack Lisowski, el campeón del mundo de 2005 estaba 5-1 abajo, pero con la oportunidad de poner el 5-2 y soñar. Sin embargo, tocó dos veces la bola blanca (lo que supone falta), avisó a la árbitra con deportividad) y volvió a su asiento. Lisowski, a un nivel fabuloso aquel día, cerró el partido (6-1) y accedió a semifinales. No es Murphy el único ejemplo, ya que muchos más marcan a este deporte como prácticamente único.
Diandra destaca que el snooker “es uno de esos deportes señoriales donde el respeto suele prevalecer”, una característica que asemeja al tenis y al golf. Por su parte, Luis ve la educación y la tradición como dos de los valores más destacados. “Ese ejemplo de cantarse la falta a uno mismo no se ve en casi ninguna actividad de la vida”, reflexiona. “Imagina a un jugador del Real Madrid o del Barcelona decirle al árbitro que no pite una falta porque no ha sido”, agrega. Ana, como árbitra profesional, ha vivido casos de jugadores de estar en un momento clave de un partido y señalarse la típica falta que sólo ellos pueden percibir. “Eso se agradece mucho”, detalla. Asimismo, Asun subraya el respeto y la deportividad, dos valores de pasado, presente y futuro en el snooker.
Montse suma a esta receta de valores la humildad a la hora de reconocer la derrota. “Puedes ser un grande y perder con un humilde, pero debes aceptarlo, darle la mano al rival, guardar tu taco e irte en silencio”, explica. Un modelo de respeto y educación que contrasta con otros deportes. “En el snooker, si un jugador es descortés, tramposo o antideportivo, los aficionados se lo recriminarían”, expone Ana. Sucedió hace no mucho con Matthew Selt, que tuvo una actitud irrespetuosa con Artemijs Zizins en el momento en el que el jugador letón entroneró con suerte una bola. Aunque Selt no tardó en disculparse, recibió numerosas críticas de los aficionados, para cerrar con un toque de humor esta historia.
Viajes para vivir el snooker en directo
Las pantallas nos permiten acercarnos desde casa a lo que más nos gusta. Nos llevan a un estadio de fútbol, a una pista de tenis o a una cancha de baloncesto. Pero, a pesar de la tecnología, existen diferencias evidentes entre ver el deporte en directo y hacerlo desde el sofá. No es el snooker una excepción, ya que una mesa es la protagonista en cada partido. Cambian los jugadores o el público, pero nunca lo hace esa mesa. Ella es la estrella principal. Iluminada con todo detalle y tratada con mimo, ocupa un lugar central en la escena, y alrededor de ella bailan los operadores de cámara. El snooker es un deporte bonito de ver por televisión, pero verlo en directo y contagiarse por una atmósfera rodeada de respeto, silencio y tranquilidad, es una experiencia inolvidable.
Luis y sus amigos vieron por primera vez un partido de snooker en directo en 2016. “Viajamos a Londres para ver los cuartos de final del Masters”, recuerda. A un lado de la mesa, John Higgins; al otro, Stuart Bingham. Victoria para el inglés, que regaló a este grupo de turistas una fotografía para el pensadero antes de perder en la semifinal con O’Sullivan. Lo recuerda así. “Te das cuentas de las dimensiones de la mesa, el ambiente o el respeto hacía el juego y los jugadores”. Experiencia muy recomendable, detalla, adornada con un partido de fútbol en White Hart Lane y que repitieron en 2023, con una visita a Sheffield, donde disfrutaron con la victoria de Luca Brecel ante Mark Williams y vieron cómo Jak Jones superaba a Neil Robertson.
Montse pudo dejar sus huellas en el último Campeonato del Mundo de snooker. El sábado 20 de abril de 2024 pudo ver en directo a Luca Brecel, Ali Carter o Judd Trump. “Hicimos un intensivo de las tres sesiones. Fue una experiencia fantástica”, cuenta. Dos años antes, Asun pudo ver de cerca a Selby y Robertson, sus dos ídolos, junto a su familia. “Es un viaje que no olvidaremos”, agrega. Asimismo, subraya el “ambiente mágico” del Crucible, siempre animado por la batuta de Rob Walker, que tardará poco en repetir. Asun y su familia viajarán en unos días a Londres para ver en directo las dos semifinales y la final del Masters.
Fernando también transmite ilusión con cada palabra. Esta semana viajará a Londres para ver en directo la jornada inaugural del Masters. Será su primera vez viendo snooker en directo con un menú que tiene buena pinta. De primero, Ronnie O’Sullivan - John Higgins. No se puede pedir más. “Cuando compré la entrada hace un año no sabía qué partidos iba a ver, pero si me hubieran preguntado qué partidos me gustaría ver, habría dicho que a Ronnie contra John”. Deseo concedido. De segundo, el menú especial ofrece un Shaun Murphy - Gary Wilson. No está mal. “Lo vivo como si fuera a ser la única vez en mi vida que voy a ver un partido de snooker de semejante nivel”, expresa mientras pasa las hojas del calendario. “Tengo muchas ganas”, afirma. Normal.
Sexto evento del Q Tour Europe en Bélgica
La ciudad de Mons (Bélgica) acogerá entre el 10 y el 12 de enero el sexto evento del Q Tour Europe, campeonato amateur de snooker. 87 jugadores participarán en este torneo, entre los que estará el belga Daan Leyssen, residente en Barcelona. Habituales como Dylan Emery, Iulian Boiko (rival de Leyssen en su primer partido), Andres Petrov, Liam Highfield o Craig Steadman estarán allí. Será la primera oportunidad de Zhao Xintong de asegurar su regreso al circuito profesional. El chino, ganador del Campeonato del Reino Unido en 2021, lidera de forma muy clara la clasificación del Q Tour Europe y depende de sí mismo para recuperar la tarjeta.
Todos los partidos y los resultados del torneo pueden consultarse en este enlace.
Previa del Masters de snooker 2025
El próximo domingo 12 de enero arrancará la 50ª edición del Masters, prestigioso torneo invitacional de la Triple Corona. Ocho días de emoción y drama en Londres, en el bullicioso Alexandra Palace, donde Ronnie O’Sullivan, defensor del título, y John Higgins abrirán entre fuegos artificiales el torneo. Los dieciséis mejores jugadores del mundo buscarán el título y las 350.000 libras para el ganador. El mismo 12 de enero enviaré una edición especial de la newsletter, en la que analizaré los ocho partidos de la primera ronda y los detalles de la retransmisión, que podrá seguirse en Eurosport.
Gracias por leer la sexta edición de la newsletter Blue Ball Snooker. Este será un año especial para este proyecto periodístico, que nos permitirá viajar sin billete de vuelta a Londres, Berlín, Yushan, Mánchester y, por supuesto, a Sheffield. Habrá sitio para conocer las mejores historias del snooker amateur y seguir con detalle la evolución del circuito femenino. Gracias por embarcarte en este viaje. Espero que sigamos juntos.