Memorias de la Q School
Liam Pullen, Alexander Ursenbacher, Oliver Brown, Mateusz Baranowski, David Grace, Ian Burns, Connor Benzey y Fergal Quinn competirán en el circuito profesional de snooker las dos próximas temporadas.
Twenty-eight.

Las raíces de la vida se construyen desde abajo y las raíces del snooker permanecen arraigadas en la escena amateur. Ahí nacen y crecen las promesas de este deporte, con la búsqueda infinita de la profesionalidad, ese lujo reservado sólo para unos pocos. Mientras el Campeonato del Mundo capta todos los focos, con medio millón de libras reservado para el ganador, en las trincheras del deporte, en los clubes en los que se escucha el sonido de las bolas, miles de jugadores intentan hacer lo posible para tener bajo control a la bola blanca. Viven en las trincheras, pero su trabajo diario inspira, permanece y ayuda a alumbrar a las nuevas generaciones. Son imprescindibles. Con el paño por bandera y el taco como fiel acompañante, aman y disfrutan con el juego.
En esta newsletter nos gusta poner el foco en historias menos vistas. Historias que reflejan la vida real, que visibilizan las dificultades de los jugadores de snooker y que se salen del cauce habitual. Historias que destacan la importancia a nivel mental, porque mientras tú estás ahí, sentado en una silla, tu rival está metiendo bolas. Y, por mucho que quieras, no puedes hacer nada: sólo puedes esperar. En estos tiempos extraños, rápidos, se hace aún más difícil vivir situaciones como esa, ya que sufrir en la mesa te otorga el control, pero sufrir en la silla se convierte en un calvario. Un deporte único, en el que nada es fácil, que regala momentos únicos y que disfruta del amor permanente de millones de aficionados alrededor del mundo. Es el snooker.
El Diccionario: Q School
Una sección para aquellos aficionados no tan iniciados en el mundo del snooker.
La Q School es el torneo por excelencia del snooker amateur. Es una competición que permite acceder al circuito profesional y en la que compiten jugadores con un sólo objetivo: cumplir su sueño de jugar en la élite del snooker. En la edición celebrada en las últimas semanas estaban inscritos 171 jugadores. Con un formato corto, donde todos los partidos se disputan al mejor de siete frames, la magia de la Q School radica en la diversidad de sus participantes: jugadores exprofesionales y amateur con las mismas oportunidades y el mismo desafío, especialmente a nivel mental. Por Leicester (Inglaterra) han desfilado nombres como Anthony Hamilton (que ha anunciado su retirada), Alfie Burden, Mark Joyce o Craig Steadman, reputados exprofesionales con carrera en la élite, pero que no han podido firmar su regreso a un lugar ya conocido.
También allí han dejado huella dos jugadores españoles: Juan Pedro Durán y Daan Leyssen. El gallego, a pesar de perder sus dos partidos, firmó un brillante break contra James Cahill en el primer frame, muestra de una base mejorada que ahora mira con ilusión al futuro. Por otra parte, el belga nacionalizado español también perdió ambos partidos, pero estuvo cerca de ganar al letón Filips Kalnins (4-3). No será la última aventura de estos dos amigos con el taco en la mano. Guardarán en el pensadero otra agradable experiencia, pero en la Q School celebrada en las últimas semanas han sobresalido ocho elegidos que competirán las dos próximas temporadas en el circuito profesional de snooker. Toca conocer sus historias, porque el snooker vive de ellas.
Un punto de inflexión para Liam Pullen
Rebosa todavía juventud Liam Pullen (19 años), pero también falta de experiencia. Es, junto a Stan Moody, la esperanza inglesa, pero ambos han llegado al circuito en el momento de una mejora evidente en el nivel medio de los jugadores. Esto, sumado a la tendencia alcista del escuadrón chino, dificulta sus resultados. Llegó al circuito por vía de la Q School hace dos temporadas, pero no ha podido destacar en ningún torneo y cayó, con razón, fuera de la élite. Pullen, trabajador tenaz, ha recuperado rápido el sitio con buen nivel en ataque y un partido decisivo ante el alemán Umut Dikme. Una sensación de alivio, comentaba después, con numerosos aprendizajes y sintiéndose preparado para un nuevo desafío. Será un trabajo de altura, pero el ejemplo de Moody, magnífico en su segunda temporada para acabar en el Top 64, será su inspiración.
Alexander Ursenbacher busca la constancia
En 2013, cuando tenía 17 años, Alexander Ursenbacher se convirtió en el segundo jugador suizo que llegaba a ser profesional. Ahora, con 29, aún con mucho talento por demostrar, sabe que ha adolecido de la mayor virtud en el snooker: la constancia. El amigo de Luca Brecel ha superado cuatro veces el calvario de la Q School, un maestro en el arte del sufrimiento, pero al mismo tiempo la evidencia de que necesita tocar varias teclas para no repetir, en dos años, la misma historia. “La disciplina es un gran problema para mí”, reconocía después de ganar a Ryan Davies. La práctica a diario (sin olvidar la calidad de la misma) resulta fundamental para mantenerse en la élite, y Ursenbacher la necesitará para dejar a un lado la sombra de una promesa infinita.
La segunda oportunidad de Oliver Brown
Ganador del Campeonato de Europa en 2021, Oliver Brown no pudo mantener su sitio en el circuito profesional de snooker. Desplazado a la escena amateur, el inglés (30 años), no destacó en el Q Tour y llegaba a la Q School con las expectativas bajas, lejos de lo que pareciera el regreso. Pero, con determinación, con tranquilidad y el apoyo vital de su familia, Brown ha ganado seis partidos para firmar su vuelta. Aún sin metas para su segunda oportunidad en el circuito, el manejo de la presión será clave en su intento de mantener la tarjeta como profesional. Su mayor experiencia será otro apoyo fundamental para un jugador que, antes de convertirse en profesional, trabajaba a tiempo parcial en la empresa de reciclaje de su familia. No hay camino fácil a la élite.
La tenacidad de Mateusz Baranowski
La vida se resume a veces en una palabra: impredecible. Un ejemplo de ello lo explica Mateusz Baranowski, que hace un año sólo ganó un partido en la Q School y hoy forma parte del circuito profesional de snooker. “Es la primera vez que creía que podía hacerlo”, comentaba nada más ganar el último partido ante Patrick Whelan. Llega impulsado por su confianza, pero también por su experiencia y por su destacado papel como entrenador de jóvenes jugadores polacos como Michał Szubarczyk. A sus 27 años, subraya también el apoyo de su familia, el manejo de la presión o su trabajo con un psicólogo deportivo. Rendirse ya no es una opción para él, y ahora buscará más consistencia en su primera experiencia como profesional. El buen trabajo en Polonia ha dado sus frutos. Buen ejemplo para otros países europeos situados más al sur.
El punto y seguido de David Grace
Habitual secundario del circuito, David Grace perdió su tarjeta como profesional después de dos malas temporadas. Pongamos algo de contexto, esa palabra necesaria, para entender las razones. Durante la temporada 2023/2024, el inglés perdió a su madre, a un amigo cercano y a su gata Asha, algo que afectó a su nivel. Varios golpes de realidad, que le obligaban a mejorar sus resultados, algo que no consiguió. Sin embargo, ya está de vuelta. Apasionado por el juego, Grace (40 años) estuvo muy cerca de regresar en el primer torneo, pero perdió con Ursenbacher. En el segundo, con confianza, ganó cinco partidos, el último ante el escocés Jack Borwick. Sólo un punto y seguido en su relación con el snooker, que cuida en el Northern Snooker Centre.
Las semillas de Ian Burns
Hace poco más de un mes, Ian Burns intentó una misión difícil. Necesitaba ganar cuatro partidos en las previas del Campeonato del Mundo de snooker para mantener su tarjeta como profesional. Ganó dos y estuvo cerca de superar a Ali Carter, pero cayó por 10-8 y perdió su sitio como profesional. Pero, habituado a la Q School, Burns (40 años) ha desplegado un fantástico nivel en ataque para recuperar su estatus. El inglés sufrió en semifinales con Kayden Brierley, pero remontó desde el 3-1 abajo y en la final utilizó su experiencia para derrotar a Andrew Pagett. Aliviado y contento, tratará de no recorrer de nuevo el camino de la Q School, que ha superado tres veces.
La larga espera de Connor Benzey
Cuando tenía 16 años, Connor Benzey se llevó a su casa el título del Campeonato de Europa sub-17. Desde entonces, el inglés ha navegado en el espinoso mundo amateur, con resultados destacados en un ámbito en el que el nivel medio es altísimo, pero sin una posibilidad cercana de jugar en el circuito profesional. Hasta ahora. Con un juego rocoso, peleando por cada bola, Benzey (23 años) ha ganado cinco partidos para estar en la élite, y empezar a escribir un nuevo capítulo en su relación con el paño verde. En ese viaje, que empezó cuando tenía once años, ha sabido manejar mejor la presión y ahora quiere jugar con dos de sus ídolos: Ronnie O’Sullivan y Judd Trump. Casi nada.
El viaje a Marruecos de Fergal Quinn
A finales de enero, más de 150 jugadores viajaron hasta Marruecos para competir en el Campeonato de la Federación Mundial de Snooker. Por allí estaba Fergal Quinn, un norirlandés con notable experiencia en el circuito amateur, pero que antes de aterrizar en la costa marroquí no había obtenido resultados destacados en el Q Tour: en seis torneos y once partidos jugados, sólo había ganado cinco. Sin ganas ni expectativas, el padre de Fergal convenció a su hijo de sacar el billete a Marruecos. Allí brilló, ganó siete partidos y desplegó un nivel fantástico en ataque. Aunque cayó en las semifinales ante Gao Yang, tomó la decisión de dedicarse por completo al paño verde y en la Q School ha recogido los frutos. A sus 25 años, tiene una mentalidad acorde al circuito y sabe que el trabajo, en la práctica y a nivel mental, serán claves para progresar.
Otro detalle de la Q School
Aunque sólo ocho jugadores se han ganado su derecho a ser profesionales las dos próximas temporadas por vía de la Q School, hay otros nombres que veremos con más regularidad en los torneos del circuito profesional. Tendrán oportunidades en casi todos los torneos, pero competirán como jugadores amateur y no podrán acceder a las 20.000 libras por temporada que garantiza la WPBSA. El alemán Umut Dikme, un habitual del circuito amateur, encabeza esta lista. Por detrás aparecen nombres como Patrick Whelan, Ashley Hugill, Ryan Davies o Stuart Carrington. Todos ellos se podrán inscribir también en el Q Tour, el circuito amateur de snooker, que todavía no ha desvelado su calendario para la temporada 2025/2026.
Q School de Asia y Oceanía
Mientras la Q School se disputaba en Leicester (Inglaterra), a miles de kilómetros de allí, en Tailandia, un país con un futuro brillante en el snooker femenino, 86 jugadores competían en la Q School de Asia y Oceanía. Por allí estaban viejos conocidos como Tian Pengfei, Rory Thor o Luo Honghao, pero con sólo cuatro tarjetas disponibles se antojaba un desafío mayúsculo el regreso a la profesionalidad. El snooker eligió con sus resultados al tailandés Chatchapong Nasa (27 años) y a tres jugadores chinos, que se suman a la nómina ya importante del circuito: Liu Wenwei (21 años), Xu Yichen (38) y Zhao Hanyang (25). Cuatro debutantes que deberán mudar toda su vida al Reino Unido, un cambio drástico para sus costumbres, su cultura, el idioma o la comida.
A esta lista se suman otros jugadores que en los últimos meses han ganado una tarjeta para competir en el circuito profesional de snooker las dos próximas temporadas:
Sahil Nayyar (38 años), ganador del Campeonato Panamericano de snooker. El canadiense debutará en el circuito profesional de snooker.
Leone Crowley (19 años) y Gao Yang (20), ganadores de los torneos organizados por la Federación Mundial de Snooker. El irlandés debutará como profesional.
Ng On Yee (34 años), triple campeona del mundo de snooker, regresa al circuito dos años después en base a su segunda posición en el ranking femenino. También Reanne Evans (39) continuará como profesional en base al ranking femenino.
Liam Highfield (34 años), Florian Nuessle (23) y Steven Hallworth (29), ganadores de los playoffs del Q Tour. El austríaco es el primer jugador profesional de su país.
Iulian Boiko (19 años), ganador del Campeonato de Europa sub-21, regresa a la profesionalidad más maduro. Su primera etapa en el circuito empezó a los 14 años.
Michał Szubarczyk (14 años). Uno de los nombres de la próxima temporada, este chiquillo polaco ganó la tarjeta al ser finalista en el Campeonato de Europa.
Chang Bingyu, ganador del Campeonato de Asia-Pacífico de Snooker. El chino (22 años) fue suspendido por el caso de las apuestas igual que Zhao Xintong.
Dylan Emery, segundo mejor jugador del Q Tour. El galés (24 años) es el principal beneficiado por el triunfo de Xintong en el Campeonato del Mundo.
Además, Jimmy White (63 años) y Marco Fu (47) recibieron dos tarjetas invitacionales por su trayectoria, a pesar de perder su sitio la temporada pasada. A todos estos nombres falta por añadir al campeón de África y a los dos mejores jugadores del tour de la Federación China de Billar y Snooker (CBSA). La lista completa con los jugadores que van a competir en el circuito profesional de snooker en la temporada 2025/2026 se puede consultar en este enlace.
¡Gracias por llegar hasta aquí! Te escribo el próximo martes. Un abrazo,
Guille
Brillante. Gracias