La rivalidad de Judd Trump y Kyren Wilson
Judd Trump y Kyren Wilson, dos jugadores maduros, de ataque, con personalidad y hambre de títulos, caminan juntos mientras escriben su historia en el snooker.
Eighteen.

Kyren Wilson tenía 23 años cuando empezó a escribir su historia sobre el paño verde. Fue en el Masters de Shanghái de 2015. En la zona media de los rankings, como el número 54 del mundo, y sin resultados destacados hasta entonces, superó nueve duras pruebas para ganar su primer título como profesional. En la final, su primera final, esperaba Judd Trump, más consolidado en el circuito y con experiencia sobrada en la presión que imponen los títulos. Aunque Wilson fue superior durante toda la final (dominaba 7-3, 8-4 y 9-7), Trump forzó el decider, pero no pudo culminar la remontada. Kyren sacó su puño, celebró con rabia el título y posó con el trofeo. Eso fue en 2015, que suena como una época lejana en el snooker y por supuesto en la vida. Un año en el que Stuart Bingham conquistó el Crucible. Ese año en el que comenzó su historia.
Otro de los capítulos de esta película tuvo lugar en enero de 2018. En el Masters, un torneo reservado para los dieciséis mejores jugadores del circuito, ambos coincidieron en semifinales: Judd, 5-2 arriba, parecía camino de su primera final, pero esta vez fue Kyren quién forzó el decider. Aunque Trump gozó de varias oportunidades, se jugó una bola delicada e incómoda que regaló a su rival una oportunidad irrechazable, que por supuesto aprovechó. Aunque no pudo rematar la semana en la final, la celebración con rabia de Kyren, el sufrimiento de su familia en la grada y la mirada de Trump quedan todavía en la memoria. Fue un momento en el que Judd era un aspirante bien asentado en la élite, pero en ese momento no había cerrado la Triple Corona. Lo hizo en 2019. De hecho, ese año destrozó a Kyren en la primera ronda del Masters: contundente 6-2.
También compartieron una etapa marcada por declaraciones cruzadas, fruto de dos personalidades jóvenes, que en aquel momento no atesoraban el currículum con el que cuentan ahora. Con la presión añadida de no ganar tanto como se esperaba (más las críticas que eso supone) el dúo empezó a lanzarse mensajes en noviembre de 2018, con unas declaraciones de Kyren tras una cómoda victoria ante Judd en el Champion of Champions (6-1). “Quizá quería la victoria un poco más”, dijo en referencia a que pasó por la mesa de prácticas durante el descanso. El jugador de Bristol contestó tiempo después que no entendía el fervor que provocaba Wilson, ya que él había ganado más: en aquel momento, nueve títulos de ranking a dos. Con todo, ambos eludieron más confrontación. “Nunca he tenido ningún problema con Kyren”, razonaba Judd, algo en lo que coincidía Wilson. “No tengo problemas con él”. Esto va de jugar al snooker.
Una temporada repleta de duelos
Lo dicen los puntos y los hechos, pero también las sensaciones y su juego, superior en líneas generales al resto: Judd y Kyren son los mejores jugadores de la temporada. Ambos han destacado por sus títulos (tres por cabeza), por su regularidad, por ser dos jugadores de ataque o por su actitud hambrienta de victorias. Reyes del número de centenas (Judd camina decidido hacía las 100, Kyren ha hecho 59), son dos maestros en el juego táctico que comparten horas de práctica con sus hermanos. Jack Trump y Taylor Wilson caminan de la mano con ellos para ayudarles a ser protagonistas de una nueva era en el snooker. Aún perduran los clásicos, pero los dos han vivido muchos momentos que aún guardan en el retrovisor y este curso han compartido muchos más.
Todo comenzó en agosto con el estreno del Xi’an Grand Prix, en el que disputaron una final igualada. Resuelta a favor de Wilson (10-8), el inglés expresaba con claridad su intención después de ganar allí: “Sé que tengo que empezar a desafiar y a levantar más trofeos de este tipo, porque (Judd) está muy por delante de mí en títulos de ranking. Cuando tenga la oportunidad de ganarle en una final, tengo que hacerlo valer”, expuso en aquel momento. Dos meses después, en el Abierto de Irlanda del Norte, Wilson puso en práctica sus palabras con hechos y superó con una inesperada comodidad a su rival: 9-3. “Espero que esto ocurra de forma habitual y nos encontremos en muchas más finales”, dijo por aquel entonces el de Kettering, mientras Trump convenía en este deseo. “La manera en la que se ha recuperado después de ser campeón del mundo es inspiradora. Espero que podamos tener muchas más batallas”, expresó. Dicho y hecho.
La siguiente parada en la que concurrieron fue en el Campeonato del Reino Unido. Antes de coincidir en semifinales, Trump contaba que estaba disfrutando de jugar con Kyren, en una carrera que beneficiaba a ambos. “Necesitas a alguien que te pise los talones para que te siga empujando y te haga volver a la mesa de prácticas. Y ahora los dos intentamos presionarnos mutuamente”, explicaba. Ese partido se resolvió con claridad en favor de Judd (6-2), que esa semana conquistó su segundo Campeonato del Reino Unido. Poco después, en otro torneo de la Triple Corona como el Masters, el duelo se repitió en semifinales, pero esta vez la moneda salió con la cara de Kyren. En un partido tenso, Trump cometió excesivos errores y fue Wilson quién accedió a la final, pero sin éxito. También compartieron la mesa en dos duelos de la Championship League (torneo corto por invitación) con una victoria para cada uno.
El último capítulo de esta rivalidad tuvo lugar en el Players Championship, otra vez en una final. Sin brillar ninguno a su mejor nivel, Wilson se impuso por detalles en un partido igualado. El número dos aprovechó mejor los errores de su rival, y en el decider no se dejó llevar por la presión. Su “vamos” característico, el mismo que rugió hace unos meses en el Crucible, sonó también en Telford para apuntar su cuarto título de la temporada e igualar los números de Jimmy White: 10 títulos de ranking. El dato es impresionante: antes de triunfar en Sheffield sólo sumaba la mitad. Fue, además, otra muestra de personalidad de Wilson, capaz de penalizar los errores sin ceder ante la presión. Posteriormente, subrayó la “rivalidad sana” entre ambos, en un buen ejemplo de la clase y del reconocimiento que impera sobre el paño verde.
La mirada en el Campeonato del Mundo
Apurada la temporada, prácticamente todos los focos se dirigen a Sheffield, sede imprescindible del Campeonato del Mundo. Como defensor del título, Wilson actuará como primer cabeza de serie, mientras que Trump lo hará como el segundo. Cada jugador arrancará su camino por orillas opuestas, lo que significa que sólo van a poder jugar un partido: la final. Sería ilógico hacer predicciones en un deporte abierto e igualado como el snooker, pero este sería otro capítulo inolvidable de una rivalidad de presente y con mucho futuro. Ambos sólo se han encontrado una vez en Sheffield, hace cinco años, en los cuartos de final. Se impuso Wilson (13-9), en un triunfo de élite para después disputar su primera final, que perdió con Ronnie O’Sullivan (18-8).
Nadie sabe quiénes serán los protagonistas del snooker el 4 y el 5 de mayo, cuando dos jugadores pelearán por un trofeo que sólo podrá levantar uno de ellos. Quizá el epílogo de la temporada nos tenga reservada una final entre Judd y Kyren, pero en una sede tan icónica como el Crucible pueden pasar muchas cosas. Ronnie, ya inscrito, podría jugar o no, pero es una incógnita porque lleva meses sin competir. Por su parte, John Higgins, el renacido, buscará el quinto título, mientras que Mark Williams lo intentará con su personalidad habitual a pesar de sus problemas de visión. No hay que olvidar a Mark Selby, Neil Robertson, Mark Allen o Shaun Murphy, o incluso a un candidato inesperado. Todos quieren ser protagonistas para levantar el trofeo especial que todos quieren. Sólo uno de ellos sonreirá la noche del 5 de mayo en el Crucible.
Kyren Wilson tiene aún frescos los recuerdos de disfrutar de una noche inolvidable en Sheffield, pero es un candidato idóneo para romper con la maldición del Crucible: ningún campeón primerizo ha repetido título en la siguiente temporada. Por su parte, Judd Trump triunfó con brillantez en 2019, pero no ha vuelto a tocar ese título. Él, probablemente el mayor favorito, no teme ya a la presión. Este Dúo Dinámico, aún sin el caché de la Clase del 92, comparte argumentos como el trabajo diario, la apuesta clara por el juego de ataque, la determinación o el hambre por ganar más títulos en un ambiente sano y honesto que beneficia al snooker. Han caminado juntos sobre una mesa desde hace más de una década, pero el futuro alumbra muchos más momentos y finales entre dos jugadores de época. El snooker los necesita. Y ellos ya lo saben.
Lo de Michał Szubarczyk
Polonia cuenta con una brillante cantera de jugadores de snooker. Aunque desde la pasada temporada Antoni Kowalski recibe todos los focos, un chico (o chiquillo) de 14 años compartirá los titulares con él desde la próxima temporada. Se trata de Michał Szubarczyk, reciente subcampeón del Campeonato de Europa y ganador también de la categoría sub-16 y sub-18 en Turquía. Un auténtico prodigio, capaz de anotar y con una madurez superior de la que presupone su corta edad. Michał jugará las previas del Campeonato del Mundo esta temporada y será profesional desde la siguiente.
¡Muchas gracias por llegar hasta aquí! Nos leemos el próximo martes. Un abrazo,
Guille Córdoba
Lo de la precocidad, a veces, puede ser un arma de doble filo. Tenemos el ejemplo más reciente de Stan Moody. Sobre el que se pusieron demasiadas expectativas y parece que no ha progresado como se esperaba.