Un punto y seguido o un punto y final
Jugadores experimentados como Joe Perry o Anthony Hamilton, junto a jóvenes como Liam Pullen o Alexander Ursenbacher, podrían perder su sitio en el circuito profesional de snooker.
Nineteen.

El circuito profesional de snooker está repleto de fantásticos jugadores. La famosa clase de 1992, con Ronnie O’Sullivan como principal estandarte y con John Higgins y Mark Williams como acompañantes de lujo destaca por su trayectoria. Por detrás, Mark Selby, Judd Trump o Neil Robertson poseen un brillante currículum, pero a eso suman una perspectiva con más éxitos en el futuro. El campeón del mundo, Kyren Wilson, quiere ampliar su historia más allá de la primera vez, y Mark Allen rematar la transformación de los últimos años con una corona en el Crucible. Mientras, Ding Junhui, clave en la explosión del deporte en China, tiene una cuenta pendiente con el Campeonato del Mundo, el mismo que encumbró a Luca Brecel en 2023 con una de esas historias brillantes contadas por el paño verde, que trasciende nuestras pantallas.
Diez nombres repletos de brillantez y títulos, a los que podríamos sumar fácilmente a Shaun Murphy, Stuart Bingham o Barry Hawkins, capaces de sonreír con el trofeo cuando disfrutan de una buena semana. No podemos olvidar a promesas de altura: Wu Yize, Si Jiahui o Pang Junxu, jóvenes y peligrosos jugadores chinos, pueden ganar a cualquiera, igual que pueden hacerlo Joe O’Connor o Jackson Page. Es posible que en el punto medio está la virtud, pero en el snooker está en la diversidad de jugadores y en la variedad de rostros que buscan el trofeo en cada torneo. Hay más nombres en esa lista, ya que más de un lector de esta newsletter semanal espera a Jack Lisowski, cree en Anthony McGill o sueña con el futuro de Stan Moody, un recién llegado con luz en el horizonte, igual que jóvenes europeos como Bulcsú Révész o Antoni Kowalski.
Moody, salvo sorpresa, seguirá como profesional la próxima temporada, pero hay otros jugadores que tienen complicado mantenerse en la élite del snooker. Son ya muy experimentados o acaban de llegar al circuito, pero en sólo unas semanas podrían poner un punto y seguido o un punto y final a su relación con la profesionalidad. En el snooker sabes cuándo sales de la élite, pero no cuándo vas a volver. Aquí nadie tiene asegurado el billete de vuelta. Mientras los focos están en el Crucible, el drama espera en las trincheras. Mientras Sheffield se prepara con mimo para el Campeonato del Mundo, la atención del snooker pasa por las rondas clasificatorias, en las que un buen número de jugadores buscarán guardar su sitio como profesionales. No, no todos lo van a conseguir. Ahí reside la emoción, el drama hasta la última bola, el snooker puro.
Una breve explicación de los rankings
En la actualidad, el circuito profesional de snooker está compuesto por 126 jugadores. De ellos, algunos están en el primer año de su tarjeta profesional (como ejemplos, Julien Leclercq, Bai Yulu o Lei Peifan), mientras que otros están en su segundo año y, como si fuera el abono transporte, tienen la obligación de renovar esa tarjeta. Para hacerlo tienen tres opciones, como define la World Professional Billiards and Snooker Association (WPBSA). La primera es acabar la temporada entre los 64 mejores del ranking oficial de las dos últimas temporadas. La segunda es aparecer entre los cuatro mejores jugadores de la temporada (la lista anual) que no estén en ese Top 64. Por último, la tercera y última opción es superar las clasificatorias y pisar el Crucible, una opción difícil para cualquier jugador, ya que sólo hay dieciséis billetes disponibles.
Moody, que todavía conserva una cara de adolescente, continuará casi seguro en el circuito, pero hay otros jugadores que no podrán hacerlo. En este caso, quedarán fuera de la élite del snooker y podrán regresar a ella a través de la Q School, un torneo de clasificación para jugadores amateur que se disputará en la segunda mitad del mes de mayo. Ofrecerá ocho tarjetas para el circuito profesional. Algunos podrán volver y empezar de nuevo, como un punto y seguido, pero habrá otros que decidirán poner un punto y final en su carrera profesional. Colgar el taco, esa decisión tan difícil. Esta edición de la newsletter esta dedicada a examinar la situación de jugadores que, en sólo una semana, intentarán mantener su sitio en las previas del Campeonato del Mundo.
El caso de Joe Perry y Anthony Hamilton
Hablábamos antes de la diversidad de ganadores que acompaña al snooker, pero este es también un deporte con personalidades únicas lejos de los focos. Hay jugadores con una trayectoria envidiable, como Joe Perry o Anthony Hamilton, que comparten una situación de riesgo cercana a perder su sitio en la élite del deporte. Ambos necesitarán pisar el Crucible, pero si no lo hacen tomarán caminos distintos. Perry, un tipo muy ocupado, elegirá el camino de la retirada al 90 %. Lo mismo ocurrirá, pero en este caso de forma segura, con Dominic Dale, pese a que él tiene garantizada su continuidad una temporada más. Por su parte, Hamilton intentará recuperar la tarjeta por vía de la Q School en el caso de perder su sitio después de aterrizar en el circuito en 1991.
Un año después llegó el estreno de Perry, ganador hace tres temporadas del Abierto de Gales. Ahora, falto de más pasión por la práctica, propietario de su propio club de snooker, fiel entrenador de Neil Robertson y comentarista en los torneos de la BBC, el inglés ha decidido que ya es suficiente. “Pienso que es inevitable que esta sea mi última temporada como profesional”, contaba en una entrevista al diario ‘Metro’. Otro motivo importante que le ha llevado a pensar en retirarse es verse implicado en la suspensión de Mark King. Perry superó a King (4-0) en la primera ronda del Abierto de Gales de 2023, pero una investigación posterior concluyó que King había amañado este partido. Joe, aún sin tener nada que ver, se sintió abandonado por las autoridades, sufriendo estrés, frustración o enfado, lo que, cuenta, ha afectado a sus resultados.
Sabemos que la parte mental es indispensable en el snooker. El deporte se juega en la mesa, pero a veces es más importante lo que ocurre lejos de ella. David Grace, otro jugador con raíces profundas en la profesionalidad, perdió a un amigo, a su madre y a su gata Asha la temporada pasada, algo que influyó en sus resultados. Todo cuenta. Grace también deberá viajar al Crucible para mantener su sitio, algo parecido a lo que deberán hacer Andrew Higginson o Ian Burns. También corre peligro el puesto de Marco Fu, brillante jugador hongkonés ganador de tres títulos de ranking, pero que al mismo tiempo ha sufrido problemas de visión en las últimas temporadas. Necesita ganar al menos dos partidos, pero es posible que sólo el Crucible le garantice seguir al más alto nivel. Para Reanne Evans, doce veces campeona del mundo de snooker, el Crucible es imprescindible para mantener su tarjeta, igual que para Baipat Siripaporn.
Otro de los jugadores que perderá su tarjeta salvo que pise el Crucible será Jimmy White, leyenda inimitable que a sus 62 años continúa atrayendo la atención cuando su taco aparece sobre una mesa verde. Él es un caso especial, ya que por su trayectoria recibe desde hace un tiempo una tarjeta invitacional para que pueda seguir en la élite, como sucedió la temporada pasada con Ken Doherty. White, termine el 80º o el 98º, podría seguir como profesional por esta vía invitacional. En la misma línea, es posible que los responsables del circuito presenten una opción parecida a Sam Craigie y a Martin Gould, dos profesionales contrastados que este curso no han podido competir en ningún torneo por sendas lesiones de las que no tenemos mucha información.
Jóvenes al borde de la eliminación
Liam Pullen (19), Dean Young (23), Kreishh Gurbaxani (22) o Alexander Ursenbacher (28) necesitan ganar cuatro partidos para pisar Sheffield y asegurar, de esa forma, la continuidad como profesionales. Tarea nada fácil, sin olvidar una presión añadida por el futuro: una vez fuera, nada ni nadie les asegura un billete de vuelta. Además, hay otros jugadores como Liam Graham (20) o Jiang Jun (19) que tienen más opciones por vía de la lista anual, pero que están obligados a ganar al menos dos partidos. Quizá con eso sea suficiente, o quizá no. Aquí aparece uno de los principales problemas para los jugadores: que seguir o no como profesionales no depende sólo de ellos. Ocurre algo parecido en la escuela, porque los deberes hay que hacerlos con tiempo y no en el momento en el que el profesor entra por la puerta. Eso también suma a la presión.
Hay otros jugadores que, aún con dificultades, tienen un comodín bajo la manga. Es el caso de Ishpreet Singh Chadha, número 64 del mundo, y que ahora mismo seguiría como profesional en base al ranking de las dos últimas temporadas. Sin embargo, en el caso de que perdiera puestos, seguiría en la élite por su buen hacer en la lista anual, con una semifinal para recordar en el Abierto de Inglaterra. Louis Heathcote ofrece el ejemplo contrario: es el número 66 del mundo, pero seguiría como profesional por la lista anual, donde ahora es segundo. Tian Pengfei, Ma Hailong o Rory Thor muestran ejemplos similares, igual que Sanderson Lam o Jamie Clarke podrían caer fuera del Top 64 si no ganan ningún partido o no suman los puntos suficientes. Existen muchos supuestos, pero el drama imperará en las clasificatorias del Campeonato del Mundo.
Aunque esta newsletter ofrecerá en las dos próximas semanas una mirada detallada a la pelea dramática de los jugadores por mantenerse en el circuito profesional, es muy recomendable estar pendientes de la página web de la WPBSA y seguir en Twitter o X a Matt Huart, referente en todo lo relativo a los rankings en el snooker. Habrá todo tipo de cambios y fluctuaciones, pero como siempre habrá altas dosis de emoción, con una pizca de suerte y el drama como ingrediente principal de una receta que nunca falla. El Campeonato del Mundo de snooker no es sólo lo que pasa en el Crucible y ver jugar a los mejores jugadores del mundo. Es también disfrutar, con menos focos, de las clasificatorias que sólo dieciséis jugadores podrán superar. El snooker tiene mucho de vida, y son las trincheras las que cuentan las mejores historias. Y eso nos encanta.
Semana del Tour Championship
Mánchester acoge desde el lunes 31 de marzo el Tour Championship, penúltimo torneo de esta temporada y el cierre perfecto de los tres torneos de las Players Series. Con un formato largo (todos los partidos se disputan al mejor de 19 frames), es el torneo correcto para mirar con mejor cara a las previas del Campeonato del Mundo. Eurosport y Max emitirán en directo todos los partidos. Los horarios pueden consultarse aquí y los resultados en este otro enlace. La final se disputará el domingo 6 de abril en dos sesiones, a las 14:00 y a las 20:00.
¡Gracias por llegar hasta aquí! Recuerda que si quieres ponerte en contacto conmigo puedes enviarme un correo electrónico a blueballsnookernewsletter@gmail.com para hacerme llegar cualquier comentario o sugerencia para este boletín.
Nos leemos el próximo martes. Un abrazo,