Los árbitros
Ana Meneses y Rafa Navarro, referentes en el arbitraje del snooker en España, reflexionan sobre sus inicios, aprendizajes o su trabajo en el reciente Campeonato de Europa en Turquía.
Twenty.

Es un baile en el que no suena la música. Es una coreografía perfecta en la que cada intérprete cumple con su papel. Es Marcel Eckardt, que acompaña a John Higgins con elegancia. Sigue sus pasos mientras construye el break del título ante Mark Selby. El escocés pone a prueba su confianza ante una mesa abierta, mientras Eckardt coloca la bola negra con delicadeza. 41. Es un árbitro riguroso y detallista. Limpia la blanca y vuelve a su sitio, un lugar secundario, detrás del jugador. Pendiente de cada detalle, ve cómo Higgins limpia en silencio la mesa. 68. Recoge después el rest y canta la octava centena de la final, pero permanece atento aunque el partido ya esté decidido. Cumple con su trabajo y, cuando todo termina, se retira a un plano secundario. Es el árbitro.
Esta newsletter cumple hoy veinte ediciones. Desde que empezó el 22 de noviembre, el boletín ha contado numerosas historias, pendiente casi siempre de los jugadores. Ocurrió así con Judd Trump y su segundo Campeonato del Reino Unido o con Shaun Murphy y su semana fantástica en el Masters. También cuando Aleix Melià, triple campeón de España de snooker, reflexionó sobre su vida sobre el paño y más allá de él, cuando hablamos de la resiliencia de Mark Selby o de los recuerdos actualizados de John Higgins. Cuántas historias. Pero esta vez toca no destacar en exceso sus nombres y poner en negrita el relato de protagonistas secundarios que caminan sin taco. Una historia con todos los focos para los árbitros, figuras imprescindibles en el paño verde.
En menos de un mes, la búlgara Desislava Bozhilova se colocará sus guantes para dirigir la final del Campeonato del Mundo de snooker. “Estoy muy contenta, es para lo que he trabajado durante muchos años. Es un sueño hecho realidad”, apuntaba hace unos días en una entrevista. Su camino empezó en 2012 con un torneo en su país natal, y cuatro años después dirigió su primera final en el Masters de Riga. En 2022, Desi arbitró las finales del Masters y del Campeonato del Reino Unido. Cerrará este círculo con su primera final en el Crucible, sede inigualable cuando su aspecto se reduce a una sola mesa, convirtiéndose así en la primera mujer que dirige las finales de los tres torneos de la Triple Corona.
Cuando Bozhilova baje las escaleras del icónico teatro de Sheffield recibirá una cálida bienvenida de los espectadores, una apreciación similar a la que recibieron en años anteriores Brendan Moore o Paul Collier. Serán aplausos repletos de reconocimiento y de respeto, dos ingredientes habituales en el snooker y que no quedan reducidos a los jugadores. También llegan a los árbitros. Aquí no tienen cabida los insultos, sólo la deferencia hacía las personas que están en la mesa. No importa dónde estén, porque allá donde aparezca un paño verde el respeto permanece. La coreografía, aquí o allá, es siempre la misma. Moore, Collier u otros nombres reconocidos como Jan Verhaas o Leo Scullion han trabajado durante décadas mientras bailaban alrededor de una mesa, igual que lo hacen los dos protagonistas de esta edición especial de esta newsletter.
Dos referentes en España
Hace cinco años, ese período que suena tan cerca y a la vez tan lejos, Ana Meneses quiso iniciar este baile alrededor de la mesa. “Me gustaba mucho y como deporte tiene más implicación del árbitro que el pool o la carambola”, explica. Pero hace un lustro faltaban muchos recursos en España. Todo era una hoja en blanco, vacía de contenido, sin ningún curso de formación para convertirse en árbitro de snooker. Hasta que la zaragozana se convirtió en la primera árbitra de España y decidió que su camino tenía que ir más allá. De forma pionera, impartió el primer curso de formación para que otros árbitros españoles pudieran seguir sus pasos. “Tuve que prepararlo, estudiarlo y hacerlo accesible”, detalla. Hoy forma parte del Comité Nacional de Árbitros de la Real Federación Española de Billar y la junta de organización de snooker de la entidad.
Uno de los alumnos de Meneses fue Rafa Navarro. El también zaragozano, enamorado del snooker bajo el taco de Jimmy White, aceptó el reto de Meneses y se colocó los guantes. De eso, cuenta, hace un par de años. Hace algo menos, en enero, arbitraron la final del Campeonato de España en el Club Snooker Free Ball de Zaragoza. Y hace menos de un mes viajaron juntos al Campeonato de Europa celebrado en Turquía. Un año repleto de momentos, fruto de su trabajo diario y constante en la mesa, pero al mismo tiempo agotador, tanto mentalmente como físicamente. “Arbitrar es muy duro. Necesitas mantener la concentración durante muchas horas”, apunta Meneses, un detalle en el que coincide Navarro. Esto no va de colocar las bolas en su punto y ya. Va de estudiar el reglamento, aplicarlo y estar de pie sin perder la atención en el juego.
Preguntados por una definición de su trabajo, Meneses concreta de forma clara: “Una persona que vela por el buen transcurso del juego”, cuenta al otro lado del teléfono. Por su parte, Navarro subraya que es una figura necesaria, que aporta seguridad con el objetivo de que el juego se desarrolle con la mayor prestancia. En el snooker, como recordatorio, existe un respeto mutuo entre los protagonistas. “Los jugadores facilitan tu trabajo”, reconoce el zaragozano. Como ejemplo, cualquier espectador recordará alguna situación en la que un jugador reconoce una falta ante el árbitro, lo que supone perder el turno sin saber cuándo lo recuperará. Son las cosas del snooker, donde la honestidad y la nobleza brillan bajo las luces. Eso ayuda a arbitrar en el ambiente ideal para transmitir total confianza a los espectadores y así intentar no engañar a nadie.
Una experiencia inolvidable en Turquía
El trabajo de Meneses y Navarro les llevó a hacer la maleta con destino a Antalya, ciudad turca bañada por el Mediterráneo. Allí se disputó hace un mes el Campeonato de Europa de snooker, organizado por la Asociación Europea de Billar y Snooker (EBSA). Ambos hicieron historia al convertirse en los primeros árbitros españoles que participaban en este torneo. Todo un hito para el snooker español en dos semanas repletas de aprendizajes. “Nos ayudó a cuidar los detalles, a mejorar en la búsqueda de la perfección o a ser más ortodoxos”, comentan por teléfono. La ubicación para no entorpecer la labor de las cámaras, la distancia con los jugadores o activar una marcha más en la reposición de las bolas regresaron con ellos cuando volvieron a Zaragoza.

No sólo eso. Ambos insisten en la importancia de la colocación y la comprobación previa del material, con un cuidado exquisito del paño. También remarcan el apoyo de otros árbitros con más experiencia, como el portugués André Santos o la moldava Natalia Gradinari, que ya han arbitrado partidos en el circuito profesional de snooker. El ambiente, excepcional, les ayudó a disfrutar de un alto nivel de juego, pero con mucha tensión. El Campeonato de Europa repartía, en la modalidad sub-21 y absoluta, dos tarjetas para competir las dos próximas temporadas en el circuito profesional. Todo un sueño para muchos jugadores, deseosos de cambiar el terreno amateur por el circuito profesional, con más garantías económicas (un mínimo de 40.000 libras por dos temporadas). “Notábamos la presión, sobre todo al final de los torneos”, comentan.
Otro de los detalles que destacan de esta experiencia es el cansancio físico y mental provocado por largas jornadas de trabajo. El snooker no es un deporte normal, porque sobre el paño no manda el reloj. Un partido puede durar una hora o cuatro, nadie lo sabe. Los nervios y el drama habitual no ayudan a reducir la duración de los partidos y esto pasó factura a nuestros entrevistados. “Había días que era complicado llegar al final”, explican. Ambos tuvieron que arbitrar tres partidos seguidos varios días, lo que dificultó su concentración. “Cabeza y cuerpo no dan más de sí”, dicen. Esto afectó a otras rutinas vitales como el descanso, con noches en las que volvían a la habitación a altas horas de la madrugada, incluso sin comer. Algo así le ocurrió a Ana Meneses.
La zaragozana terminó de arbitrar un partido a eso de las cuatro de la mañana y acabó en su habitación comiéndose unos espaguetis. Pregunta de primero de periodismo: ¿Y cómo estaban esos espaguetis? “Fríos, secos, pero se agradecían. Me los comí a gusto”, cuenta con una carcajada. Sin olvidar que debía volver a ponerse los guantes sólo unas horas después y para limitar costumbres como esta, ambos mencionan la idea de tener unos horarios fijos que mejoren la conciliación. “Pierde la calidad de la persona. Tenía miedo de no estar concentrado”, defiende Navarro. Ese cuidado del colegiado es vital e imprescindible para no afectar al desarrollo del juego y para priorizar más su descanso.

Ambos destacan la profesionalidad de la organización y el espíritu de camaradería entre el gremio, y miran con ilusión a la siguiente estación: el Campeonato de Europa de snooker de 2026 se disputará en Gandía. Otro hito más para España, “que sería impensable hace un par de años”, y en el que destacan el trabajo de la federación, con el delegado de snooker, Jorge Adarve, como el principal responsable del éxito. De vuelta a su tierra, Meneses y Navarro aplican todo lo aprendido en Turquía en el Club Snooker Free Ball de Zaragoza, con el mismo objetivo que tenían cuando iniciaron este camino: aprender, mejorar, disfrutar y crecer. El plato de pasta queda guardado en el pensadero como una anécdota, pero refleja el trabajo extenuante que ambos, con sus guantes, llevan en su mochila. Y con ella a la espalda desean continuar con el baile.
Clasificatorias para el Campeonato del Mundo
Ayer, 7 de abril, arrancaron en Sheffield las previas para el Campeonato del Mundo de snooker, prólogo de la fase final del torneo, que empezará el sábado 19 de abril. 128 jugadores intentarán superar las clasificatorias para jugar en el Crucible contra los 16 cabezas de serie. Jugadores como Jack Lisowski, Stuart Bingham, Robert Milkins, Chris Wakelin o Ali Carter jugarán su primer partido entre el sábado 12 y el domingo 13 de abril. Como cada año, muchos jugadores pelearán por mantener su sitio en el circuito profesional, algo que ya analizamos la semana pasada en esta newsletter. En la web de la WPBSA puedes consultar la evolución del ranking para mantenerse en el circuito profesional de snooker. Todos los resultados pueden consultarse en la web de snooker.org. Max, con suscripción, ofrece en directo varios partidos todos los días.
¡Muchas gracias por llegar hasta aquí! Espero que te haya gustado conocer de cerca la historia de Ana Meneses y Rafa Navarro, para comprender mejor el trabajo de los árbitros en el snooker. También deseo que esta semana disfrutes con las clasificatorias para el Campeonato del Mundo. Nos leemos el próximo martes 15 de abril con, sin ninguna duda, uno de los momentos más bonitos de una temporada de snooker: el Día del Juicio. Apunta ya las fechas: martes 15 y miércoles 16 de abril.
Dos días de puro snooker. Un abrazo,
Guille Córdoba